Causas y factores estructurales de la violencia de género.
La violencia de género es un fenómeno complejo que no solo
depende de actitudes individuales, sino que está profundamente arraigada en
factores estructurales de la sociedad. Entre las causas más importantes se
encuentran las desigualdades sociales, económicas y culturales que perpetúan la
discriminación contra las mujeres y otras personas vulnerables. Estas
desigualdades se manifiestan en la distribución desigual del poder, el acceso
limitado a recursos y la exclusión de espacios de toma de decisiones. La falta
de políticas públicas efectivas y sistemas judiciales que sancionen con rigor a
los agresores también contribuyen a la impunidad. Conjuntamente, factores como
la pobreza, la exclusión social y la educación deficiente pueden incrementar la
vulnerabilidad de las víctimas. La violencia se reproduce en contextos donde
las estructuras sociales legitiman o toleran el uso de la fuerza para controlar
o someter a las mujeres. Por ejemplo, en muchas comunidades, las normas
culturales que justifican la autoridad masculina o minimizan la voz femenina
crean un entorno propicio para la violencia. De este modo, la violencia de
género no es un problema individual, sino un problema social que refleja y
reproduce las desigualdades estructurales presentes en la sociedad.
Rol
del machismo, la desigualdad, y la cultura patriarcal.
El machismo y la cultura patriarcal son pilares fundamentales que sostienen la violencia de género. El machismo está vinculado de creencias y actitudes que suscitan la superioridad del hombre sobre la mujer, y que demuestran su control y dominio en diferentes ámbitos. Esta ideología contribuye a que se empequeñezcan las experiencias de violencia, pues se ve como “normal” que el hombre ejerza autoridad y que la mujer se someta. La cultura patriarcal, por su parte, es un sistema social donde el poder político, económico y cultural está dominado por los hombres, y donde se espera que las mujeres ocupen roles subordinados, especialmente en el hogar. Esta estructura genera desigualdad, no solo en la distribución del poder sino también en el acceso a derechos y oportunidades. Por ejemplo, cuando en un hogar se considera que “la mujer debe obedecer al hombre”, se legitima cualquier tipo de violencia como una forma de mantener ese orden. Así, el machismo y la cultura patriarcal normalizan la violencia, la invisibilizan y dificultan que las mujeres puedan denunciar o buscar ayuda, perpetuando un ciclo dañino para la sociedad.
Figura 1 Obtenida de. https://modii.org/machismo/Para entender mejor la violencia de género, podemos ver
algunos ejemplos sencillos y cotidianos. Imagina a una mujer que no puede salir
con sus amigas sin que su pareja la regañe o le controle el celular; esto es
violencia psicológica, porque busca controlar y limitar su libertad. Otro
ejemplo es cuando en una familia se piensa que “la mujer debe encargarse solo
de la casa y los hijos”, y si ella quiere trabajar o estudiar, la critican o le
impiden hacerlo, lo que es violencia económica y social. En casos más graves,
la violencia física se manifiesta cuando un hombre golpea a su pareja para
imponer su autoridad. También está la violencia sexual, que puede ocurrir
cuando se obliga a una persona a tener relaciones sin su consentimiento. Por
ejemplo, en muchos lugares, las mujeres no denuncian porque temen que no las
crean o que la policía no actúe. Estos ejemplos muestran cómo la violencia no
siempre es visible, pero afecta profundamente la vida y dignidad de las
personas. Dar la razón a estas formas ayuda a percibir que la violencia de
género es un problema social que solicita atención y acciones concretas para
proteger y apoyar a las víctimas.
Figura 2 Obtenida de. https://elpais.com/smoda/feminismo/9-ejemplos-de-machismo-cotidiano-que-deberiamos-erradicar-laura-bates-libro.html
Bibliografía
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Concecuencias . 1-5.Obtenido de. https://www.corteidh.or.cr/tablas/r6522.pdf
Poggi, F. (2024). Sobre
el concepto de violencia de género y su relevancia para el derecho.
1-24.Obtenido de. https://www.binasss.sa.cr/revistas/ts/v11n291987/art03.pdf
El trabajo social, busca la igualdad y la equidad para identificar necesidades y buscar cambios positivos.
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